domingo, 3 de febrero de 2019

Cádiz: Vejer de la Frontera

Todo es bonito. Callejear y cotillear los patios. Todo está limpio y cuidado. Un castillo a 190 metros de altura, y un conjunto de laberínticas calles que suben y bajan en pendiente.

EL VEJER HISTÓRICO

Empieza por el callejón del Arco de las Monjas contemplando las magníficas vistas del Vejer nuevo. Sus primeros vestigios de vida se registraron en el siglo VII a.C.

Este callejón se encuentra al lado del Convento de las Monjas Concepcionistas, fundado en 1552 y hoy el Museo Municipal de Costumbres y Tradiciones de Vejer.

Pasamos bajo el Arco de Puerta Cerrada y seguimos por la calle de la Judería, para ver las murallas que rodeaban el Castillo de Vejer. Y llegamos al Mirador de la Cobijada.

La mejor panorámica de Vejer nos presenta a sus cobijadas, un monumento que encontrarás por todo el pueblo y que homenajea la figura de las mujeres vejeriegas, que se cubrían el rostro y el cuerpo con un mantón negro. Aunque tienen origen castellano, también están asociadas a la cultura islámica. De hecho, esta vestimenta se prohibió en algunos periodos de la historia, y definitivamente en 1936, pues debido a las características del traje podía enmascarar delitos.


Cobijada vejeriega.

Subimos a su castillo. En la muralla hay cuatro puertas: Arco de la Segur, Arco de Sancho IV, Arco de la Villa y Arco de Puerta Cerrada. Además de dos torres, la Torre de Mayorazgo y la Torre de la Corredera. El castillo es de los siglos X y XI, y fue construido sobre otro castillo de la época árabe.

Bajamos desde el castillo hasta Plaza España y la Plaza de los Pescaitos con su animada fuente repleta de azulejos sevillanos. Aquí está el Ayuntamiento,  y para comer, La Casa del Vino y el Jardín del Califa.

Y si es para desayunar, Trafalgar Tapas o cualquiera de sus pastelerías míticas, donde te venderán un buen pan de miga o las tortas vejeriegas, como en la Pastelería Galván.

A 9 km está la playa de Vejer, El Palmar. Una costa de playas infinitas con un mar salvaje. En la carretera principal se concentran a un lado los chiringuitos y, al otro, sus playas. Si llegas hasta el extremo norte encontrarás Torrenueva, una torre de vigilancia de los siglos XVII-XVIII. Para comer atún, La Torre Restaurante & Lounge y el Restaurante Alférez, y para tapear la Cervecería.

LOS MOLINOS DE VIENTO

Los molinos de viento, de Vejer junto con las cobijadas, forman parte de la simbología de este pueblo. En el siglo XIX, los molinos harineros eran de agua pero estaban en la barriada rural de Santa Lucía, al intentar construir los mismos cerca del núcleo urbano no soportaban la fuerza del viento de levante, así que se construyeron molinos cartagineses, más robustos y de estilo manchego.

Hay cuatro en la barriada de San Miguel.

MÁS SITIOS PARA COMER


La calle de la Corredera tiene una hilera de terrazas y restaurantes con vistas a la sierra de Cádiz. La Oficina, cerca de la calle Paseo de las Cobijadas, un restaurante-bar con exposiciones de arte ideal para probar tapas de autor y buen vino. Las croquetas y el pulpo son una maravilla.

Con vistas, el Restaurante La Judería. En la calle San Francisco el Mercado Gastronómico de San Francisco, para probar lo mejor de la gastronomía gaditana.

Justo enfrente encontrarás el Mesón Pepe Julián uno de los mejores para tapear a buen precio, pide por las tapas de día.  El Claustro es un lugar peculiar para cenar apartado de todo el bullicio y en un patio típico andaluz con pozo incluido.

ARTESANÍA LOCAL


Está repartida en pequeños y acogedores comercios. Talleres de artesanos que cosen cestas de mimbre, vasijas de cerámica, tallas de madera, joyas o bonitos vestidos.

En la calle Trafalgar, la Cestería de Juani Marchán, o en la calle Juan Bueno diferentes tiendas de autor.

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