Se llega por el Paseo Fernando Quiñones.
En el paseo marítimo se levantan dos famosos ficus junto al antiguo hospital de la Mora, hoy Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Cádiz. Tienen más de un siglo de vida y son una referencia para los gaditanos.
Merecen la pena los atardeceres. La propietaria del restaurante Quilla tuvo la idea de enmarcar, literalmente, el atardecer, con una pequeña moldura que pone a disposición de los paseantes del paseo marítimo.
¿QUÉ HACER?
Visitar los castillos dar un paseo por el Parque Genovés, perderse por las callejuelas del barrio de La Viña y contar las macetas de tiestos azules de la Plaza el Tío de la Tiza, pasear junto al Teatro Falla, conocer el Oratorio de San Felipe Neri y la iglesia de Nuestra Señora de la Palma, subir a la torre Tavira, acercarse a la catedral o adentrarse en el increíble mundo del mercado de abastos.¿DÓNDE COMER?
El barrio de La Viña tiene muchos bares, tabernas y restaurantes así que lo fácil es comer bien y lo difícil elegir el sitio. Sólo en la calle Virgen de la Palma hay una docena de establecimientos.Hay dos paradas en la arena caletera. Bar Club Caleta, a pie de playa y reconocible por una amplia terraza con enormes sombrillas. Rica variedad de carnes, pescados, salazones o mariscos, ortiguillas fritas, huevas aliñás, montadito de marrajo o morena en adobo entre otros.
En el paseo marítimo está La Quilla. Ofrece una cocina cuidada, la posibilidad de un café helado o un cóctel para disfrutar del atardecer e incluso una pequeña biblioteca.
En el otro extremo de la playa, la Peña Flamenca Juanito Villar ofrece actuaciones en su interior abovedado gracias a un pequeño escenario. Ya sea en el interior o desde su bonita terraza, la música se puede combinar con unas buenas acedías, un potaje de garbanzos con chocos, coquinas o pijotas entre otras delicias locales.
La taberna Casa Manteca es el clásico entre los clásicos. Con paredes envueltas en fotografías históricas, carteles y estampitas taurinas y la imagen de Camarón. Queso payoyo de la sierra de Cádiz con mermelada de espárragos, embutidos variados, numerosos montaditos o mojama de atún son algunas de las múltiples tapas que sirven y que se pueden (y deben) maridar con una manzanilla o un Barbadillo para saborear los vinos gaditanos.
Muy cerca, El Palillo, cuya especialidad es la morena en adobo. Y justo enfrente el mejor restaurante de la ciudad: El Faro de Cádiz desde 1964. Gambas de la bahía, tortillitas de camarones, atún rojo salvaje de almadraba de mil formas, ostras al natural, arroz negro con chocos locales o cogote de urta asado.
Otros: La Curiosidad de Mauro Barreiro, Arsenio Manila o El Balandro... para degustar el pescaíto frito gaditano o la carne de retinto.
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