Antiguamente, en el japón, para moler el trigo, los campesinos utilizaban caballos para mover la rueda del molino.
Los caballos giraban incansablemente, todo el día queriendo atrapar una zanahoria colgada delante de su nariz; solamente podían comer esta zanahoria a la caída de la noche.
¡Es exactamente la imagen de nuestra civilización!
de Deshimaru Taisen, El cuenco y el bastón.
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